Magnum significa una botella que contiene 1,5 litros de vino. Es la mejor forma de botella para beber vino y siempre obtener la mayor satisfacción. Si prestas atención cuando vas a algún evento especial, una degustación de presentación de una empresa o una fiesta, la Magnum siempre luce muy bien. El espacio lo es todo para el vino, pero también para nosotros, si lo piensas.
Recuerda siempre que el vino es un producto vivo que en la botella pasa por muchas transformaciones. Reacciones químicas, agregaciones físicas, cambios estructurales. Y todo ocurre en tiempos precisos que dependen de la temperatura a la que se guarda la botella, el nivel de humedad, el corcho con el que se ha sellado y, finalmente, de la forma y el tamaño de la botella. Cuanto más pequeña sea la botella, más rápidas serán todas estas transformaciones. La maduración de un vino en botella es una fase muy delicada que, si no se hace correctamente, podría comprometer gravemente su calidad. Cuando se abre una botella que ha permanecido en la bodega durante unos años, siempre hay mucho temor, porque lo que se invirtió años antes podría resultar un fracaso. O una sorpresa única y emocionante en sí misma.
La Magnum es el mejor tamaño para garantizar una maduración y envejecimiento perfectos del vino. Pero, ¿qué sucede en la botella después de que se ha sellado?
Color
Los polifenoles que componen el color blanco o rojo del vino comienzan a polimerizarse, es decir, a pasar por reacciones que transforman la molécula. En los vinos blancos, los flavones comienzan a perder su brillantez verde-amarilla y comienzan a tornarse dorados, pudiendo, si se deja demasiado tiempo, llegar a tonos oxidados o marrones. Los antocianos, responsables del hermoso color del vino tinto, pasan de un vibrante color violeta al rojo púrpura, luego cardenal, hasta llegar a colores burdeos y granates que recuerdan a los grandes Barolos envejecidos. Se puede reconocer la edad de un vino por su color. La Magnum ralentiza este proceso.
Aroma y perfume
Este proceso es muy interesante y afecta a muchos compuestos aromáticos en el vino. Los aromas serán más frescos y delicados cuando los vinos son jóvenes. Por ejemplo, un jazmín en un vino blanco, después de algunos años de maduración, podría convertirse en una interesante sensación de miel de acacia. Una manzana verde pasa a ser manzana golden, luego membrillo, hasta convertirse en manzana cocida... no siempre lo mejor. Los aromas son pequeñas moléculas que con el tiempo se transforman, se oxidan, cambian de estructura y ofrecen sensaciones diferentes. Esto también se aplica a la cereza, que pasa de guinda a cereza ácida y finalmente a boero. Nuevamente, la Magnum ralentiza estos procesos e integra mejor los cambios.
Tanino
El tanino es un polifenol, una pequeña molécula que con el tiempo se alarga y complejiza formando largas cadenas, a veces ramificadas. Imagina un cristal de vidrio que, poco a poco, va atrayendo otros hasta formar una pequeña bola. Inicialmente, ese cristal era áspero y cortante, pero gradualmente comienza a suavizar sus bordes afilados hasta obtener una superficie más lisa. Esto es lo que ocurre con los taninos. Cuando son jóvenes, son ásperos, astringentes, cortantes, pero luego se vuelven más suaves, acariciantes, sedosos... En la Magnum, la evolución del tanino suele ser excelente.
Así que una Magnum definitivamente vale la pena. Es una mayor inversión en términos de costo, pero si consideras que generalmente cuesta menos que dos botellas y tiene la misma cantidad... ¡haz las cuentas!
Fabio De Vecchi
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