Pomodorino del Piennolo DOP: orgullo de Sapori Vesuviani

El Pomodorino del Piennolo del Vesuvio D.O.P. (Lycopersicon esculentum) es uno de los productos más típicos y antiguos de la agricultura campana, una joya de la empresa Sapori vesuviani.

A las faldas del volcán, bajo un sol generoso y gracias a un suelo rico en minerales, crece este pequeño tomate único en el mundo. Un perfecto ejemplo de cómo el territorio influye en un producto. Sí, porque el pomodorino del piennolo crece exclusivamente aquí, y gracias a unas condiciones climáticas y geográficas ideales, ha merecido en 2009 la denominación DOP.

¿Por qué? Por tres razones:

Se mantiene duradero en el tiempo y durante mucho tiempo. Por un pequeño milagro natural, estas condiciones meteoclimáticas lo hacen una variedad más longeva en comparación con los tomates habituales, que son más delicados y frágiles.
Sabor: dulce, inimitable. Se distingue por su inesperado retrogusto ácido, “amorosamente amargo”, como su propio productor ama definirlo. Otro regalo debido a un suelo rico en potasio, que combina en este fruto una particular concentración de azúcares y sales minerales.
Morfología: los pomodorini del Piennolo, con un peso de aproximadamente 25-30 gramos, son redondos pero presentan un curioso “pico” en la parte inferior. La piel es coriácea; la pulpa es firme y compacta.

El Pomodorino del Piennolo del Vesuvio se cultiva con método tradicional, que implica el uso de soportes con estacas de madera y alambre de hierro. Esto es para evitar que las bayas toquen el suelo y para asegurar que la planta reciba luz y sol de manera uniforme.

La variedad se llama “del Piennolo” porque para la técnica de conservación es necesario formar racimos (pendulos, por lo tanto “piennoli” en el dialecto local). Estos se recogen en el periodo más cálido, en julio y agosto, y se colocan en un hilo de cáñamo atado en círculo de manera que compongan un único gran racimo que se cuelga en lugares secos y ventilados. La lenta maduración dura hasta la primavera siguiente y durante este proceso el Pomodorino pierde su consistencia, tomando un sabor muy intenso y delicioso, convirtiéndose en un ingrediente fundamental para la gran mayoría de los platos típicos napolitanos. Este tomate, de hecho, otorga un toque inconfundible a la pizza, bruschettas, salsas, pasta, guisos a base de pescado y muchas otras recetas. El Pomodorino es rico en vitaminas A y C, licopeno (importante porque es antioxidante) y sales minerales como calcio, fósforo y potasio. También es muy apreciado en estado fresco o en conserva de vidrio según una antigua receta familiar denominada Pacchetella. La producción de estos Pomodorini se lleva a cabo exclusivamente en el área que coincide con el territorio del Parque Nacional del Vesubio.

Un producto insignia de una empresa que hace de la territorialidad un orgullo para exportar en todo el mundo.