Magnum, Jeroboam, Matuzalem y así sucesivamente hasta Melchizédech. Son algunos nombres de las medidas de las botellas de vino superiores a 75cl. ¿Y saben por qué hablamos de esto? Porque beber en formatos grandes significa beber mejor. Significa saborear un vino que, en algunos casos, parece diferente que consumido de la botella normal. Pero, ¿por qué podemos permitirnos afirmar esto, dirán ustedes? Simplemente porque el vino está vivo!
El afinamiento de un vino depende mucho de la capacidad de las botellas. Se dice que el mejor formato para las botellas de vino es el Magnum y probablemente, aún mejor, el doble magnum o Jeroboam de 3 litros.
Durante el embotellado, el vino sufre un fuertísimo estrés físico. Piensen, por ejemplo, en un gran Barolo o Amarone que envejece durante tres a cuatro años en barrica o barrique, un período en el cual permanece inmóvil, reposado, en equilibrio molecular. Pues bien, este vino, de repente, pasa a través de filtros porosos de aproximadamente 1 micrómetro de diámetro, y luego a través de tubos y bombas hasta llegar a la embotelladora. Aquí es literalmente rociado en la botella y, al final, además de haber sufrido un notable trastorno, lleva consigo un poco de oxígeno. En resumen: ¡qué brusco despertar! que ha tenido ese vino que estaba reposando por años!
La botella se convierte entonces en el nuevo contenedor donde el vino puede recomponerse, y lo hace con el tiempo: se redondea, se complica, se eleva y afina hasta llegar a convertirse en un gran vino de importancia única. Por eso, si bebemos en grandes formatos, encontraremos un producto de altísima calidad mejor recompuesto y absolutamente más elegante y estable. En resumen, como se decía antes: ¡bebemos indudablemente mejor!
Si luego pensamos en las burbujas, la magnum es el formato perfecto para un gran Champagne, un excelente Prosecco Superiore, una gran cuvée italiana. El equilibrio y la interpenetración de los elementos en esta medida de botella es siempre el mejor que se puede obtener: garantía de fuertes emociones en la degustación y placentera incomparabilidad.
Nosotros de Spaghetti&Mandolino también tenemos algunas grandes botellas para señalarles dentro de nuestro portal. Un gran Soave elegante y refinado en la Magnum de Soave Motto Piane de Fattori; un Lagrein especiado y de tradición como la Magnum de Lagrein Amperg Sudtirol DOC; un Franciacorta esencial y de gran placer como la Magnum de Franciacorta DOCG Brut Millesimato de Monzio Compagnoni; el seductor Barolo Bricco Francesco de Rocche Costamagna siempre en Magnum.
El formato magnum, por último, del Valpolicella Classico Superiore San Michele de la bellísima empresa BIO Tenute Ugolini de Fumane. Una burbujita autóctona y de rendimiento en la Magnum de Spumante Lessini Durello Metodo Classico 36 meses de Fattori.
Como Jeroboam, les señalamos la cautivadora mezcla de uvas blancas de alta colina Roncha de Fattori, y una burbujita muy elegante de los colli de Asolo, la Cuvée Giusti.
Bernardo Pasquali
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