No olvidaremos este invierno: las corrientes árticas y balcánicas están poniendo a prueba a toda Italia y, sorprendentemente, en el centro-sur la nieve ha llegado en abundancia y en varios momentos. La publicidad de medicamentos contra la fiebre, la tos y diversos males ha tenido un fuerte incremento, sin embargo, también se puede ayudar con recetas y estrategias queridas por nuestras abuelas o nuestras madres. Recetas exclusivas que cada pueblo de cada región de Italia conoce y hace suyas: aquellas que suelen llamarse "remedios de la abuela".
Hoy hay un fuerte retorno a la medicina natural y a la búsqueda de nuevos métodos de cura sin el uso de productos químicos. Manifestaciones como Sana en Bolonia han evidenciado el auge de este sector, el nutracéutico, como se define. Alimentos que tienen un valor alimentario que va más allá del simple aporte de nutrientes y son vehículos de bienestar. En tiempos pasados, cuando los medicamentos eran un lujo reservado a unos pocos, la naturaleza y la tierra ofrecían la alternativa más inmediata y posible. Por esto, el regreso a nuestra Madre Tierra con un poco más de confianza también puede convertirse en una reconciliación con ella.
¿Hacemos algún ejemplo? Empecemos por los remedios de nuestras abuelas tirolesas. Una de las bebidas más utilizadas en los períodos invernales para combatir las enfermedades siempre ha sido el leche caliente con una buena cucharada de cúrcuma. Esta especia tiene una gran capacidad de ser no solo un corroborante contra el frío, sino que, sobre todo, es un producto que refuerza el sistema inmunológico, además es un analgésico y un antiinflamatorio natural excelente. Una cucharada al día de cúrcuma es un remedio también para la prevención de los males de estación.
Si descendemos hasta Sicilia, otra gran tradición es el prensado de naranjas orgánicas que ya así, al natural, tienen un contenido tan elevado de vitamina C que garantizan una excelente barrera contra gripes y estados inflamatorios. Pero una receta de la abuela es calentar un vaso de zumo de naranja con rodajas finas de jengibre. Una asociación virtuosa de dos importantes productos naturales que tienen muchísimas propiedades. Dolor de garganta, fiebre, digestión, dolores artríticos, resfriado son todos estados dolorosos que pueden ser prevenidos o aliviados decisivamente por esta extraordinaria raíz.
Otro deterrente natural que no tiene rivales es la taza de leche y miel para beber antes de ir a la cama. La combinación de las propiedades nutracéuticas de ambos alimentos es ideal para el aporte de vitaminas, proteínas, compuestos antibacterianos y el refuerzo del sistema inmunológico. Además, es un excelente aliado para aquellos que sufren de insomnio ya que favorece el descanso y el inicio del sueño.
Luego hay muchas otras soluciones: para combatir la conjuntivitis, dos grandes hojas de col calentadas al vapor para poner sobre los ojos; para combatir el resfriado, infusiones de pino silvestre, tomillo, eucalipto; para el dolor de cabeza vapores de vinagre calentado en agua caliente; etcétera.
Si conocemos la naturaleza y toda su fuerza salutífera, podemos evitar confiar en la química o, al menos, limitarla tanto como sea posible. Nunca como en este caso se puede llamar Madre a nuestra Tierra.
Bernardo Pasquali
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