Un San Valentín entre Verona in Love y chocolate.

En Verona se está preparando uno de los momentos del año más esperados por los enamorados de todo el mundo: Verona in Love convertirá la ciudad shakespeariana de Julieta y Romeo en un teatro al aire libre de corazones rojos y rosas purpúreas. La Piazza dei Signori albergará un corazón de puestos con todos los productos dedicados al amor. Música, teatro, exposiciones y el encanto del patio de Julieta abrirán el corazón de la ciudad a todos los visitantes.

Del 11 al 14 de febrero la manifestación ocupará todo el centro histórico escaligero y el lema de la manifestación es inequívoco: “Si amas a alguien, llévalo a Verona”. Nosotros de Spaghetti & Mandolino somos de Verona y la herencia de Julieta y Romeo la hemos transformado en amor por los productos típicos italianos y por todas las mujeres y hombres que están detrás de estas obras de arte gourmet.

Con ocasión de este período tan dulce, hemos pensado en nuestro producto más preciado en un contexto decididamente romántico. ¿Y qué hay de más romántico que un silencioso y cálido abrazo, frente al crujido de la leña ardiendo en una chimenea, saboreando un vino seductor e intrigante que alegra el espíritu y corrobora la mente? Sí, estamos hablando del Amarone, uno de esos vinos que podemos, con razón, definir como “de chimenea”. Algunos lo llaman “de meditación” pero, con ocasión de la fiesta de los enamorados, nosotros lo miramos en su versión más pasional.

Se lo recomendamos degustando un toque de chocolate de Modica negro y quizás, visto la ocasión, hagamos todo un poco picante y elijamos la versión modicana al peperoncino. El Amarone no es dulce, no es completamente amargo, es un poco la parodia del amor: potente, pasional, intrigante y gentil, sincero y sin compromisos. Dejámonos llevar por el fuego lento del placer de un encuentro: el Amarone sabe ser sin duda un buen compañero de viaje.

Sorbete entre un beso y una caricia y déjense llevar por la efusividad de un vino de gran estructura que deja entrever toda su intrigante placidez. Claro, amigos, hemos jugado un poco, pero no del todo! Al final es bueno recordar que con fuego, chimenea, pasión y una copa vibrante de Amarone envuelta por la dulzura seductora de un buen chocolate… bueno, les dejamos imaginar… no se sabe dónde se puede acabar!

Nuestro deseo para todos ustedes enamorados es que, sea como sea su 14 de febrero, sea el más tierno e inesperado. ¡Lo que siempre han soñado! ¡Feliz San Valentín!

Bernardo Pasquali