La botella: a cada vino la suya

La botella de vidrio se ha convertido en el vehículo por excelencia del vino. La ecuación "cada vino tiene su botella, así como cada botella tiene su vino" podría bien explicar la relación entre las dos entidades. Al afirmar esto, se subraya la importancia y exclusividad que adquiere cada contenedor al sellar el preciado líquido. Cuando compras un vino, también compras su envase. Como si fueran una única identidad.

La botella es la compañera del vino, la pareja ideal que, gracias a sus características, permite que el vino sea disfrutado y conocido en todo el mundo. Sabemos dónde ocurre el embotellado, pero no podemos saber dónde se descorchará la botella ni quién la beberá.

¿Cuál será el destino de una Champagnotta que contiene Spumante Durello de Lessinia? Tal vez sea vendida y exportada a los Estados Unidos o Asia. Seguro que podemos imaginar que hará un buen viaje. ¿Será bebida por un hombre de negocios? ¿Un actor? ¿Una modelo? ¿Será descorchada para celebrar una graduación? ¿O quizás para una importante promoción laboral? Las razones y los lugares que un vino y su botella pueden alegrar son innumerables.

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