Esta semana les contamos una historia de amor. Lo haremos narrándoles sobre el queso Blu 61 y de cómo este mítico queso azul italiano ha sustituido un anillo o las rosas rojas para convertirse en una verdadera joya símbolo de un amor puro e intemporal.
Estamos en las cercanías de la llanura trevigiana al sur de la ciudad. Son pequeños pueblos del profundo Véneto donde las tradiciones y la cultura campesina y popular resisten aún hoy en la simplicidad y genuinidad de las generaciones. Gente fuerte, franca, concreta, dedicada a la innovación con una creatividad innata y una predisposición empresarial como en pocos otros territorios italianos. Justo aquí había dos bellísimos jóvenes: Antonio y Giuseppina.
Antonio nunca ha dejado de venerar a su musa inspiradora y se dice que su matrimonio en 1961 fue una gran fiesta. Para Antonio, el día más deseado, porque finalmente podía vivir con Giuseppina su vida. Son historias de amor atemporales que hoy más que nunca tienen el sabor de la pureza y del sacrificio cotidiano. Un matrimonio perfecto que ha dado vida tres veces y que ha protagonizado la bellísima historia de una existencia aventurera y valiente, la de una familia unida y profundamente marcada por el instinto creativo de Antonio Carpenedo.
Sí, él, el quesero con el “vicio” del afinado. Su idea de queso que se combina con materias primas de naturaleza diversa es el camino virtuoso que ha compartido constantemente con Giuseppina. Los años pasan y poco a poco llega el día del gran logro, el cincuenta aniversario de matrimonio: 1961-2011. Su quincuagésimo aniversario es una fecha que Antonio debía consagrar con un regalo inolvidable. ¿Sería un anillo lo que haría la diferencia? Claro que no, Antonio no es de esos que se dejan llevar por romanticismos, pero, al mismo tiempo, tiene una sensibilidad y un corazón que caracterizan toda su vida. De otro modo, no habrían sido creadas ciertas obras de arte quesera.
Antonio decide dejar un signo indeleble y no solo en la existencia de la relación intemporal de amor con su Giuseppina: quiere testimoniarlo con una creación única, probablemente irrepetible, una obra magna que represente la síntesis de su camino de la mano con Giuseppina. Su vida estaba dividida entre su amada, los hijos y el queso: ¡y ahí está la idea! Un queso que encerrara en su interior performance técnica de afinado y deleite exponencial en estado puro. Debía tener el color rojo del amor y de la pasión. Debía cautivar por su belleza, tal como lo había hecho Giuseppina cincuenta años atrás. Debía hacer cerrar los ojos de placer, una vez llevado a los labios, como un beso largo y sin fin. Debía hacer suspirar por el deleite, como una caricia entre los cabellos, un cálido abrazo. Debía ser cremoso y sugestivo como cuerpos que se rozan, enamorados y vencidos por la pasión. ¡Debía ser el Blu 61!
Era este el regalo adecuado de Antonio para Giuseppina. ¡Y a ella le encantó! El Blu 61 se convirtió, también gracias a esta bellísima historia, en el verdadero best seller de la historia de afinamientos de la familia Carpenedo. Se puede decir que de esta extraordinaria celebración nace una nueva conciencia de las potencialidades y la capacidad creativa y realizativa de la empresa de Camalò.
Primero se parte de una forma de queso azul producido con leche de vaca, a la cual se le han inoculado unos fermentos particulares pertenecientes a la familia del Penicillium roqueforti. El queso azul, una vez madurado durante un periodo establecido por la familia Carpenedo, es sumergido en las orujos y, literalmente, en el vino pasito Raboso. Un vino dulce obtenido con uvas autóctonas de la llanura trevigiana y veneziana que la bodega de Giorgio Cecchetto produce obteniendo cada año grandes reconocimientos internacionales. Un gran vino tinto dulce de uvas pasificadas, por lo tanto, para un queso igualmente grande. Después del paso por el vino, la forma espesa su corteza que se vuelve de color violáceo. En este punto, en la superficie del queso se colocan los frutos rojos pasificados. Un toque de magia que acentúa la coloración roja y lo enriquece como si fuera una joya de rubí.
El Blu 61 se ha convertido en el verdadero queso de los enamorados, del sabor y de esa intemporal ligereza del ser que distingue a quienes nunca se cansan de probar la embriaguez de la novedad. Hoy este extraordinario queso se ha convertido en la “rockstar” de La Casearia Carpenedo recibiendo cada año los más importantes reconocimientos a nivel mundial. De hecho, este año, ha sido premiado como mejor queso azul de Italia en el Cheese de Bra. Las vitrinas de Harrod’s en Londres le han reservado un espacio especial entre los luxury food de todo el mundo con una exposición que quedará en la historia de los quesos italianos.
El Blu 61 es el tarjeta de presentación de la creatividad italiana, de esa vena fashion que también en la gastronomía revela el sentido del gusto y del equilibrio. En pocas palabras, todo el valor de la palabra belleza. Representa el lifestyle italiano que todo el mundo nos envidia. Gracias a Antonio y Giuseppina, una intemporal historia de amor se ha materializado en forma de excelencia en la mesa. Una verdadera fuente de inspiración para todos aquellos que todavía creen en el amor, ¡el verdadero!
Bernardo Pasquali
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