Es hora de nuevos vinos: estos están listos para embotellar.

El inicio del año para cada bodega representa un período importante en el que planificar todas las fases de embotellado, al término de las fermentaciones y estabilizaciones en cisternas. Hablamos lógicamente de todos los vinos blancos, vinos tintos y vinos rosados de cosecha. ¿Saben ya qué significa “de cosecha”, verdad? No hay que confundir el término con una trascendencia de crianza: normalmente “de cosecha” significa que el vino se produce con la vendimia de un año específico. En el caso de un vino de cosecha 2017, se habla de un vino hecho con uva recogida el año pasado. La mayor parte de los vinos blancos y vinos rosados no admiten largos tiempos de crianza y por lo tanto pasan directamente a la botella. Los tiempos de embotellado son precisamente los de febrero y los primeros días de marzo. Una época que garantiza una especial maduración del vino que llega fresco, afrutado y floral. Ideal, por lo tanto, para ser disfrutado en su momento de mejor potencial aromático-olfativo.

¡Los vinos italianos listos en la línea de salida!

Las bodegas italianas están embotellando sus vinos blancos. De norte a sur, los mostos que se han convertido en vino, al final de su estabilización en cisternas de acero o en contenedores de otro tipo como cemento, resina o terracota, pasan a la botella a través de un estricto control y una técnica de preparación para el embotellado. Una fase, esta última, muy delicada que asegura que los vinos sean resistentes a las adversidades y a las oxidaciones. El Soave, el Lugana o el Friulano, el Sauvignon, el Chardonnay. Luego los blancos de Alto Adige como Gewurztraminer, Sylvaner, Muller Thurgau. Los piemonteses Roero Arneis o los Pigato de Liguria, las vernacce de San Gimignano y los Trebbiani toscanos. Los grandes blancos de las Marcas, el Verdicchio de los Castillos de Jesi. Los blancos campanos de las tierras avellinenses, del Sannio y del Cilento, el Greco de Tufo, el Fiano de Avellino, las Falanghine y los vinos de la costa amalfitana. Los blancos de Locorotondo y los moscatos de Trani. El Grillo y el Inzolia de las tierras sicilianas. Para hacer un listado de todas las variedades de uva blanca autóctona italiana, se necesitaría un capítulo aparte.

Hemos hablado solo de los vinos blancos, pero lo mismo sucede con los vinos rosados de Puglia, los Chiaretti del Lago de Garda y los rosés del Oltrepò Pavese. Los vinos tintos de menor estructura también están en fase de embotellado. Desde el Valpolicella Clásico hasta el Perricone de las tierras de Alcamo, desde los Nebbiolo de las Langhe hasta los Schiopettini de los valles friulanos: hay entonces mucho que esperar con gran curiosidad.

Algunos vinos blancos de primer embotellado en nuestro sitio

Si buscamos toda la frescura en los vinos, entonces debemos esperar aún unos meses y llegar hasta abril. Generalmente, quienes frecuentan el mundo del vino dicen que es durante la feria Vinitaly que llegan todos los nuevos embotellados. De hecho, muchos productores, si están en la feria, se lo dirán explícitamente: “el vino está aún cerrado porque acaba de ser embotellado”.

Pero comencemos con nuestras delicias desde la zona de excelencia del vino blanco italiano, es decir, el Alto Adige. Nuestra bodega Klaus Lentsch es una realidad de alta calidad que produce en viñedos heroicos a altitudes igualmente heroicas: su Pinot Bianco dotado de gran longevidad, el Sauvignon es siempre particularmente cítrico y fresco, el Gewurztraminer Amperg es definitivamente fascinante por toda su complejidad aromática y la composición floral en nariz.

No se pierdan el Langhe Arneis de la Azienda Agricola Rocche Costamagna proveniente de un viñedo que siempre ofrece vinos muy sabrosos y florales con notas de drupas amarillas. Los blancos de la Azienda Vigne Storte en Sannio producen un Fiano, el Aità, rico en estructura y con redondez exótica y especias dulces. No se pierdan la perfección del Soave Danieli de la bodega Fattori que cada año de su viñedo volcánico produce vinos de Garganega en pureza de gran elegancia y finura.

Es ya el vino del nuevo milenio. El vino blanco con mayúscula que está conquistando el mundo: el Lugana. Nosotros hemos elegido el BIO de la empresa Pratello, una pequeña realidad familiar a orillas del lago de Garda.

Los vinos tintos de primer embotellado en nuestro sitio

No podemos dejar de mencionar el fantástico Lambrusco de la Tenuta Pederzana, el Cantolibero, que cada año revela unas aromaticidades intrigantes y un equilibrio siempre muy agradable. Siempre es un rojo de gran encanto que permanece cada año el Dolcetto d’Alba de Rocche Costamagna. No desestimen el Bardolino. Si eligen Benazzoli quedarán sencillamente sorprendidos!
Nuestros Valpolicella son de varios tipos, pero todos de excelente calidad, comenzando por el Valpolicella Clásico Le Filagne de la Cantina Le Bertarole, el Valpolicella Montecurto del joven Marco Mosconi y el Col de La Bastìa de Antonio Fattori, de un viñedo heroico en las colinas de marga en los límites con las laderas de los Lessini. Un hermoso Chianti Rufina de Villa di Vetrice que muestra una cosecha rica en frutas rojas y especias picantes. De las Cantine Russolo les recomendamos el Refosco dal Peduncolo Rosso, un vino frutal y floral con una buena composición estructural equilibrada en el paladar. Para finalizar, un vino casi desconocido pero muy intrigante que proviene de las colinas novaresas, el Vespolina de la Azienda Agricola Mirù.

Bernardo Pasquali