Acciughe del Cantabrico, deliciosas tanto que son consideradas las mejores del mundo. Lo que las diferencia tanto de las demás, mereciéndose tal consideración, es un conjunto de factores y cuidados aplicados en su elaboración.
Primero que todo su procedencia, el Mar Cantábrico, que se encuentra al norte de España. Aquí se asoman las regiones de Cantabria, Países Bajos y Asturias. Las aguas de este mar son realmente ideales para el crecimiento de la anjova o alicia (Engraulis Encrasicolus). A pesar de que la especie es la misma que se encuentra en el Mar Mediterráneo, la del Cantábrico tiene características ligeramente diferentes. Hay, de hecho, un factor geográfico importante a considerar: el Mar Cantábrico representa el inicio del Océano Atlántico, y aunque aún no son aguas oceánicas, son más frías en comparación con las del Mar Mediterráneo. Gracias a este factor climático, las anjovas acumulan más grasa, resultando así más sabrosas, más carnosas, más sabrosas.
Para preservar el equilibrio de la especie, tan valiosa como materia prima para producir un producto local típico y renombrado en todo el mundo, el gobierno español impone períodos estrictos de veda, para que las anjovas puedan reproducirse y tener tiempo de crecer antes de poder pescarlas nuevamente. Solo así se podrá preservar la especie y mantener las características que hacen de este pescado algo tan sabroso y buscado.
Las anjovas del Cantábrico son tan especiales gracias al cuidado puesto en la elaboración del producto en todas sus fases desde el origen, es decir, la pesca de la materia prima. De hecho, la ley prevé un período de captura limitado de marzo a finales de junio, cuando las anjovas alcanzan la etapa adecuada de desarrollo y están listas para ser elaboradas. Cada año se producen unas cinco mil toneladas de anjovas, una cantidad, en realidad, limitada para evitar la sobreexplotación de los recursos pesqueros que se ha presentado en el pasado, razón por la cual el gobierno español ha impuesto las limitaciones de pesca de la anjova en el Cantábrico.
La característica de la anjova de este particular mar es su carnocidad. Es un pescado más grande que las anjovas normales, con un sabor más consistente, marino, pero menos salado. Se conservan en aceite de oliva virgen extra o en aceite de girasol, preparadas según la tradición y trabajadas como antes, es decir, rigurosamente a mano; todo esto para preservar su sabor y ofrecer un producto sin comparación, con un gusto inconfundible, de prestigio y máxima calidad.
El producto obtenido es una anjova de calidad profesional: larga, brillante y sin espinas, con un aroma ligero, densa y suave, con un sabor decidido pero a la vez refinado. ¡Una verdadera experiencia gastronómica!
Sin duda, la materia prima hace la diferencia, pero lo que hace que la anjova del Cantábrico sea tan especial y buscada en todo el mundo es sin duda la elaboración, que por tradición ha permanecido exclusivamente artesanal.
La elaboración de la anjova del Cantábrico se realiza en las costas del Mar Cantábrico, donde se captura, según metodologías de trabajo en gran parte manuales. El período de salazón de la anjova puede durar de cuatro a seis meses, antes de proceder a las otras fases.
Para poder disfrutar de una experiencia de sabor realmente especial, asegúrese de que las anjovas que compre sean producidas en la ciudad de Santoña en particular, donde la producción se lleva a cabo según la tradición y las anjovas utilizadas son sin duda las pescadas en el lugar, garantizando calidad. Tal atención es requerida porque en el mercado existen varios productos proclamados como anjovas del Cantábrico, pero no son originales. Esto sucede porque aún las anjovas del Cantábrico no tienen una certificación que proteja contra imitaciones y falsificaciones. La información sobre la zona de origen y de elaboración de la anjova es obligatoria, considerando que el precio del producto original es superior a la media, dada su excelente calidad, razón que ha conducido a su imitación.
Además, la mejor anjova del Cantábrico es elaborada con semiconservación, que no alcanza temperaturas de esterilización muy altas para preservar sus características, calidad e integridad. Esto significa que el producto debe conservarse en el refrigerador hasta el momento de consumo. Se recomienda sacar las anjovas del refrigerador al menos una hora antes de su utilización, que debe hacerse a temperatura ambiente, para disfrutar plenamente de todas sus cualidades organolépticas.
Las anjovas del Cantábrico son ideales para consumir solas, para disfrutar plenamente de su sabor auténtico, rico y tan precioso, pero también son perfectas para crear appetizers, primeros y segundos platos.
Como aperitivo, las anjovas del Cantábrico son perfectas para colocar sobre una bruschetta, o para crear pequeñas hojas con mantequilla aromatizada. Son ideales para aderezar la pasta, basta con saltearlas ligeramente en una sartén con un hilo de aceite de oliva virgen extra: resultará un plato gourmet muy simple de preparar. Si lo desea, también puede gratinar el plato añadiendo un puñado de pan rallado a las anjovas, con aceitunas negras y alcaparras. ¡Su primer plato será una explosión de sabores!
Pruebe también el pimiento relleno de anjovas: después de asar los pimientos, prepare el relleno picando las anjovas del Cantábrico y las alcaparras, que mezclará con mayonesa, perejil, vinagre y una pizca de sal. Rellene los pimientos, ¡y buen provecho!
Spaghetti & Mandolino recomienda los auténticos filetes de anjovas del Mar Cantábrico; ¡traiga a la mesa el verdadero sabor de España!
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