Chianti, origen de un vino conocido en todo el mundo

Cuando se imagina la Toscana, sus territorios y sus vinos, no se puede no pensar en el Chianti. La palabra “Chianti”, no por casualidad, es uno de los términos italianos más conocidos en el mundo. Claro, no se trata del único vino tinto que ha hecho famosa a Italia en el mundo. Baste pensar en otros vinos toscanos como el Brunello di Montalcino, Montepulciano o el Doc Bolgheri con sus variedades de origen bordelés: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot. La historia del vino Chianti es fascinante y merece ser contada. Descubran con nosotros los orígenes de este preciado vino tinto, la distinción entre Chianti y Chianti Classico y cuáles son las mejores combinaciones en la mesa.

Chianti, un éxito de historia y tradición italiana

Piensen que el primer documento notarial en el que aparece el nombre Chianti referido al vino producido en esta zona data de 1398. Y ya en el '600 las exportaciones a Inglaterra no eran más ocasionales.

En 1716, el Gran Duque de Toscana Cosimo III fijó en un bando los límites de la zona de producción del Chianti, en un área comprendida entre las ciudades de Florencia y Siena donde nacía el vino homónimo, que ya entonces gozaba de gran éxito.

A principios del siglo XX, cuando la notoriedad del vino Chianti aumentaba año tras año y el territorio de producción no podía satisfacer la creciente demanda nacional e internacional, se comenzó a producir vino fuera de la zona del Chianti delimitada en 1716, llamándolo igualmente “Chianti”.

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En 1924, sus productores fundaron el “Consorcio para la defensa del vino típico del Chianti y de su marca de origen” para proteger su producción. El símbolo elegido desde el principio fue el Gallo Nero, histórico emblema de la antigua Liga Militar del Chianti, reproducido entre otros por el pintor Giorgio Vasari en su “Alegoría del Chianti” en el techo del Salone dei Cinquecento del Palazzo Vecchio en Florencia.

En 1932, a través de un decreto ministerial específico, se añadió el sufijo “Classico” para distinguir el Chianti producido en la zona de origen. Desde entonces, el vino Chianti es el producido fuera del área geográfica llamada “Chianti” (en diferentes zonas que a menudo se agregan al nombre: Chianti Rufina, Chianti Colli Senesi, Chianti Colli Aretini, Chianti Colli Pisani), mientras que el Chianti Classico es el vino producido en la zona de origen llamada “Chianti”.

Chianti y Chianti Classico, dos vinos similares pero diferentes

Aún hoy existe cierta confusión entre lo que es Chianti y Chianti Classico, una diferencia que desde el punto de vista del consumidor a menudo no se percibe. En realidad, el sufijo Classico es realmente importante: distingue el vino Chianti Classico del vino Chianti: dos Denominaciones de Origen Controlada y Garantizada (DOCG) diferentes entre sí, con un disciplinario, una zona de producción y un Consorcio de tutela distintos.

El disciplinario prevé las siguientes subzonas de denominación: Colli Aretini, Colli Fiorentini, Colli Senesi, Colline Pisane, Montalbano, Montespertoli, Rùfina y dos tipologías: Superiore y Riserva.

El Chianti Classico es uno de los vinos más nobles del mundo, se produce en 70 mil hectáreas de territorio en un área que abarca 8 municipios: Greve in Chianti, Barberino Val d'Elsa, Tavarnelle Val di Pesa y San Casciano in Val di Pesa en la provincia de Florencia; Castellina in Chianti, Gaiole, Radda, Castelnuovo Berardenga y parte del municipio de Poggibonsi en la provincia de Siena.

Presenta un color rubí brillante, tendiente al granate y un aroma profundamente vinificado. El sabor es seco, salado que tiende con el tiempo a ser suave y aterciopelado.

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El Chianti Classico debe ser envejecido por al menos 11 meses (puede ser admitido al consumo solo a partir del 1º de octubre del año siguiente a la cosecha) y tener una graduación alcohólica mínima de 12º.

La graduación asciende a 12,5º para el Riserva, que requiere un envejecimiento mínimo de 24 meses, de los cuales al menos 3 de afinamiento en botella. En comparación con el Chianti Classico, el Riserva es un vino más noble, presenta una mayor fineza, un aroma prolongado y un sabor más limpio.

Las características del Chianti son las que se pueden atribuir a la variedad más importante de su coupage, es decir, el Sangiovese. El afinamiento en madera, en recipientes de varias dimensiones dependiendo del “estilo” que desee el productor, contribuye a suavizar la bebida. El Chianti, ya sea clásico o no, es un vino tinto estructurado y armónico.

Chianti, cómo se bebe y cuáles son las mejores combinaciones

Normalmente se recomienda abrir su botella de Chianti al menos una hora antes de la degustación. Incluso algunas horas más en caso de un Chianti de mayor afinamiento o que haya pasado un largo período en bodega. Utilicen una copa de tamaño medio-grande, tipo balón o con luz amplia para permitir la difusión de los aromas, la temperatura ideal varía entre 16-18ºC dependiendo del tipo degustado.

El Chianti es un vino que se presta a acompañamientos con platos principales importantes y carnes a la parrilla o asadas. Así, por tanto, a los platos de la tradición toscana, desde las sopas a base de verduras (Ribollita) hasta las carnes rojas a la parrilla y al horno. Las versiones “Riserva” expresan lo mejor en términos de estructura y aromas, y pueden combinarse sin problemas con caza como el jabalí.

Francesco Scuderi

S&M