¡Por fin la primavera!

Parece que la primavera ha florecido. El sol finalmente está radiante, y con el cambio de horario que se realizó el domingo, podremos disfrutarlo hasta la noche.
Los melocotoneros, albaricoqueros y cerezos ya han llenado los valles y jardines de color. Los dientes de león están amarilleando los prados, y las primeras violetas salpican los campos de azul y violeta. La temporada, que en los últimos años se ha hecho esperar, parece que este año volverá con toda su fuerza y dulzura.

La primavera es despertar, renacimiento y explosión de la fuerza de la naturaleza. Para muchos, es la estación más querida. Para otros, una estación que hay que vigilar. Aunque la luz es el elemento que renueva el deseo y el disfrute de la vida, en muchos casos la primavera y su clima esconden trampas. Algunos psicólogos lo llaman síndrome primaveral.
Claudio Menacci, del Departamento de Neurociencias del Hospital Fatebenefratelli en Milán, afirma que alrededor de dos millones de italianos muestran síntomas de irritabilidad, agresividad, ansiedad y pérdida de concentración. Los cambios de humor, más frecuentes en las mujeres debido al efecto del cambio de luz, son otro síntoma. Un síndrome que afecta a muchos estudiantes y también a quienes trabajan en oficinas, que enfrentan los primeros días soleados llenos de aromas florales… pero vistos desde detrás de una ventana.

¿Se puede combatir y controlar este fenómeno temporal? Sí, y el primer paso es adoptar una dieta rica en elementos que estimulen los procesos metabólicos y la actividad cerebral. Vitaminas, proteínas, minerales y azúcares fácilmente asimilables—alimentos que nos ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a eliminar las toxinas acumuladas durante las estaciones frías.

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