Qué historia la de Agostino Vicentini.

¡Qué historia la de Agostino Vicentini!
Un hombre que si no hablara dialecto veronés podría confundirse con un típico vigneron de Borgoña. Uno de esos que para subir a un avión ha esperado cincuenta años… y algunas pastillas! Enamorado de su familia, de Teresa que, a quién lo diría, se apellida Bacco, de Francesca y Emanuele, los hijos que lo están siguiendo en esta extraordinaria aventura. Enamorado de su territorio, Colognola ai Colli y Campiano, dos pequeñas localidades en el este veronés. Zonas suaves y salvajes que, gracias a productores del calibre de Agostino, están obteniendo una fuerte escalada de gusto e interés por parte de la crítica internacional. Tierras de grandes vinos blancos e increíbles vinos tintos. Soave y Valpolicella. El binomio ancestral que une las tierras veronesas desde hace siglos. Enamorado, por último, de la Garganega. Uva neutra, dicen los catedráticos… puntualmente desmentidos por los corazoncitos aromáticos naturales que emergen del vaso una vez que se abre una de sus botellas. Las manos de Agostino conocen los viñedos uno por uno; basta un apretón del sarmiento para comprender su vigor y salud productiva. Su Soave más sencillo es uno de los más interesantes de toda la denominación y grandes chefs estrellados lo han elegido para incluir en sus cartas como entrante. Uno de ellos es Giannicola Colucci, Chef Ejecutivo de la Terrazza del Danieli de Venecia, que ama los vinos de Agostino y su aceite, tanto que recibe a su selectísima clientela con un pinzimonio de su Campiano. Pero son muchos otros los intérpretes de la cocina estrellada italiana que han elegido la sencilla placidez y contundencia de los productos de Agostino. Su simplicidad y sobriedad son elementos distintivos que cuentan una vida de 40 años en la viña desde pequeño. Un sueño que hoy comparte con todos aquellos que aman vinos sinceros, directos y de gran elegancia. La elegancia de la pureza. La elegancia de la naturalidad. 

 

 

Un viñedo de pérgolas veronesas típicas. Una producción de poco menos de 80 quintales por hectárea. Racimos de Garganega dorados que huelen bien y dulce. Una tierra surcada por el fuego de las antiguas lavas de Colognola ai Colli. Son todos elementos que hacen de este gran Soave ultra premiado, un vino esencial, una interpretación exponencial del valor de la Garganega en pureza. Es la joya de Agostino, aquel que te sabe conquistar por la amplitud de sus aromas y gran salinidad. Un excelente vino para pescado, mariscos, sopas a la camogliese. Un producto único en su contexto. Todo el carácter de Agostino concentrado entre las partículas líquidas del Casale. Agostino y Teresa son campesinos que han conocido la notoriedad gracias a la excelencia de sus productos. Pero su fuerza es la de no haber perdido la esencia de la humildad original. Hoy, Agostino toma el avión con más frecuencia y sin pastillas… pero sus pies se sienten seguros solo cuando tocan tierra, su tierra, aquella en la que arraigan sus raíces de viticultor puro. 

 

 

Hay un vino al que Agostino dedica gran parte de su pasión y que no produce siempre. Es el Recioto di Soave DOCG. Recoge la mejor Garganega como se hacía en el pasado. Selecciona las racimos más doradas y las extiende en cajas para el secado. Aprovecha las corrientes de aire del valle de Illasi donde se encuentra la sala de secado. Según las estaciones, prolonga más o menos este período y la tendencia es siempre la de llegar a un prensado de la esencia del grano. Un néctar jugoso y azucarado de calidad. Su Recioto es muy aromático de cítricos confitados, albaricoque deshidratado, almendras tostadas, flores amarillas secas, mieles de mil flores y de acacia. En boca es finísimo y rico en aromas. Fresquísimo y salado. Un final almendrado largo con sensaciones agradables de cáscaras de naranjas confitadas. Ideal para toda la pastelería seca, para piezas de hojaldre glaseadas, para tartas sbrisolone de almendra, para galletas secas de chocolate, con cigarros cubanos aromáticos tipo Toro Cohiba, para chocolate blanco y negro 50%. Nosotros se lo recomendamos fresco para este verano, sobre una bola de helado de Nocciola gentile de las Langhe IGP, sobre Pistacchio di Bronte DOP, sobre fiordilatte o otros helados de crema. Combinación intrigante con quesos azules de vaca y cabra. Con Bagoss muy curado, Monte Veronese di Malga Stravecchio Presidio Slow Food. Con Blu 61 de la Casearia Veneta. Muy agradable al crujir almendras de Noto o pugliesas. Excelente también con pasta de almendra siciliana.