Feria Vinitaly 2022: llego el lunes, sin tráfico pero con una gran cola en la entrada, en línea sì, pero no adecuada.
Pago la entrada... 105 Euros, entro y el mismo pánico de siempre: ¿a quién voy a ver a las 10 de la mañana? Nuevos, me lanzo a viejos conocidos o voy de flujo?
Elijo una pequeña lista de Vignaioli que no conozco hecha hace días, entro al pabellón Enolitech para mantenerme actualizado sobre las novedades tecnológicas.
Desde allí finalmente entro al pabellón Piemonte y comienzo mi largo tour.
Los buenos los encuentro geográficamente un poco por todas partes, algunos grandes viticultores con productos dignos, algunos pequeños en su primera experiencia con vinos sinceros y a tener en cuenta y si es posible ayudarlos comercialmente, otros con una presencia pero ¡ay! solo porque está metido en presupuesto.
Encuentro amigos, agentes, restauradores y organizadores todos con una única voz: por fin nos vemos a pesar de las inculcadas "amenazas".
Salgo hacia la tarde y voy a consolarme como guinda del pastel en "Il Giardino delle Esperidi" en Bardolino: cocina sincera y llena de pasión como el enorme conocimiento y la acogida del vino.
¡Bravo!
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