Ravioles, cada paladar tiene su relleno: un homenaje a la tradición.

Cuadrados o redondos, vegetarianos o no, los ravioles conquistan la golosidad de cualquiera, en Italia y en el extranjero. Su simplicidad ha demostrado ser ganadora ya hace siglos, si se piensa que las primeras menciones literarias de la palabra “raviolo” datan del 1100. Modernamente, el impulso hacia la innovación y la búsqueda de la dificultad ha creado numerosas variantes de la receta original, tanto en la composición de la pasta al huevo utilizada como en su contenido: la tradición, sin embargo, siempre demuestra su resiliencia y vuelve a aparecer en la mesa con constancia, de generación en generación.

Veamos por lo tanto algunas recetas de nuestro panorama culinario, empezando por las bases.

¿Cómo se preparan los ravioles?

El primer paso consiste en elegir la pasta a utilizar durante la preparación: la opción más clásica, en este caso, recayará sobre la pasta al huevo, que requerirá 100g de harina 00 y un huevo por persona (con la adición de una pizca de sal). Una vez asegurados de las cantidades a preparar, se procederá a amasar la harina en forma de un pequeño volcán, en cuyo centro se verterán los huevos bien batidos. Luego se procede a amasar todo de manera homogénea y uniforme, trabajando con las manos hasta obtener la consistencia deseada.

Dejando reposar la pasta, se podrá empezar la preparación del relleno, para luego retomar el trabajo interrumpido y extender la pasta con el rodillo, de manera que se cree una “hoja” de pasta con el grosor adecuado (elíjanlo con atención, según su juicio). En este punto, utilizando un cómodo molde o sus habilidades manuales, podrán formar cuadrados, círculos o incluso corazones de pasta para rellenar, cerrándolos luego con una segunda capa de pasta de la misma forma geométrica.

El momento del relleno: tastasal, parmesano o tomate?

El tomate es símbolo de la italianidad a pesar de provenir de otro continente, tanto que hemos sabido integrarlo en casi cada preparación, desde la salsa de tomate para los primeros platos hasta la pizza, de los segundos a los acompañamientos. Unido al albahaca y a otras hierbas aromáticas, la hortaliza roja preferida por los italianos combina muy bien también con un buen plato de ravioles rellenos de ricotta y tomate cherry, ¡para un sabor de bondad duplicada!

También el Parmigiano Reggiano es un ingrediente famoso para utilizar como jugoso relleno fundido, que se puede combinar con una ralladura de queso fresco sobre el plato terminado: preparar una crema de almidón, sal y Parmigiano DOP es fácil y solo deberán contenerse de probarla con la cuchara. Para facilitar el uso del relleno, solo tendrán que refrigerarlo y utilizarlo antes de que vuelva a temperatura ambiente, dejando en el momento de la cocción final el reveal del verdadero aspecto de su deliciosa crema.

Por último, les proponemos como relleno el denominado tastasale, término veronés que indica la pasta de salami, salchichas, soppresse y stortine y que en este caso se aplica a la carne de cerdo picada que la Macelleria Fratton prepara con la adición de ajo de oso – una verdadera delicia para una variante con un aporte proteico significativo.

Y ustedes, ¿qué formas de raviolo prefieren? ¿Y qué rellenos utilizan más frecuentemente? ¡Háganoslo saber etiquetándonos en nuestras redes sociales!