1. Los quesos frescos en el frigorífico deben mantenerse en la parte más fría del frigorífico (2-4°C).
2. Los otros tipos a una temperatura entre 6 y 8°C.
3. No favorezcan cambios de temperatura innecesarios que causen un aumento de la carga microbiana, también y sobre todo patógena.
4. Nunca conserven el queso en el congelador. Es una técnica que arruina los quesos desde un punto de vista organoléptico y estructural.
5. Prefieran siempre el papel de aluminio en lugar del transparente.
6. El PVC del film transparente está lleno de ftalatos que pueden ser cedidos a la pasta del queso, con el consiguiente aumento de elasticidad.
7. Usen también papel encerado y traten de cerrar bien y hacer que adhiera bien al queso para evitar oxidaciones fermentativas innecesarias y perjudiciales.
8. El queso fresco colóquenlo en el cajón de verduras del frigorífico.
9. Separe bien las rebanadas de queso de diferentes tipos con un envoltorio dedicado para cada una.
10. El queso siempre debe sacarse del frigorífico una hora antes de ser consumido. Es importante para asegurarnos de disfrutar de todos los sabores y aromas.
Ah, todo esto funciona solo si evitan comprar trozos de queso demasiado grandes. Tomen lo que necesiten para una semana como máximo.
Piezas pequeñas, fácilmente consumibles, fácilmente manejables sin desperdicio.
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