Los orígenes del cacao se remontan a las antiguas civilizaciones mesoamericanas, como los aztecas y los mayas, que cultivaban el cacao en la región que hoy abarca México, Belice, Guatemala y Honduras. Estos antiguos pueblos consideraban el cacao un árbol sagrado y sus semillas eran utilizadas tanto como moneda como ingrediente para la preparación de una bebida llamada xocoatl.
El xocoatl es una bebida caliente y harinosa preparada con semillas de cacao tostadas y molidas a mano. La preparación del xocoatl variaba según las civilizaciones y las regiones, pero normalmente implicaba precisamente la tostación, la molienda y la mezcla de las semillas de cacao con especias como chile, vainilla y canela. El líquido obtenido se filtraba a través de un tejido fino y se servía caliente o frío. El xocoatl se utilizaba a menudo también como base para la preparación de otros alimentos, como polvos y dulces. Esta bebida de aspecto espumoso, amarga y poco sabrosa se parecía muy poco al cacao endulzado, ampliamente difundido y apreciado hoy en día.
Como se sabe, la semilla de cacao es un producto calórico que contiene muchas grasas, por lo que en aquella época, dado que la comida escaseaba, la bebida que se obtenía se consideraba sagrada y se utilizaba en rituales religiosos y ceremonias. El xocoatl era, por lo tanto, una bebida valiosa y costosa, que a menudo también se utilizaba como moneda para los intercambios comerciales.
Hoy en día, el término xocoatl se refiere también a la forma sólida del cacao, similar al actual chocolate de Modica, un producto que los habitantes de México obtenían de las semillas de cacao trituradas sobre una piedra llamada metate, a través de cuyo procesamiento se liberaba la manteca de cacao y se obtenía una pasta granular. Este producto - aún hoy elaborado artesanalmente solo en Modica, Sicilia - se compacta por los cristales de azúcar que constituyen la parte más consistente y se sazona con varias especias: vainilla y chile las más tradicionales, pero también canela, café, algarrobo y otros aromas.
Xocoatl también representa la raíz del término “chocolate”; compuesta por las palabras “xoco” que significa “amargo” y “atl” que significa “agua”, xocoatl literalmente significa “agua amarga”. Es importante notar que la invención del término no es un hecho histórico preciso, sino el resultado de un proceso de adaptación de la palabra original xocoatl a las lenguas europeas.
Con la llegada de los conquistadores españoles a Mesoamérica y el descubrimiento de las propiedades del chocolate, este término fue adaptado al idioma español, convirtiéndose en “chocolate” y posteriormente a muchos otros idiomas, incluido el italiano, donde se convirtió en “cioccolato”.
Inicialmente, el chocolate se comercializaba como una masa informe ya que su uso principal era precisamente el de bebida amarga. Pero, ¿cuándo nace realmente la primera tableta? Existen diferentes fuentes históricas y muchas empresas afirman haber sido las primeras en crear la tableta de chocolate, por lo que podrían haber diferentes versiones sobre quién fue el primer inventor.
Nosotros hemos elegido contarte la historia más acreditada y cercana a nuestra realidad. Se dice que la primera tableta de chocolate de la historia fue inventada en 1875 por un suizo llamado Daniel Peter, quien trabajaba en una fábrica de chocolate en Vevey, Suiza. Este chocolatero suizo tuvo la idea de añadir leche condensada a la pasta de cacao para crear un chocolate más suave y cremoso. Esta innovación permitió crear una tableta de chocolate fácilmente divisible y comestible, que pronto se difundió por todo el mundo. Inicialmente llamada “Gala Peter”, su tableta cambió posteriormente el nombre a “Milka”, en honor a su hija. ¿Qué ocurrió después? En 1929, la “Peter & Co.” fue adquirida por Nestlé.
Nuestro bello país tiene una larga y renombrada tradición chocolatera, cuyos antepasados son Amedei y Domori, iniciada durante la conquista española de Mesoamérica. El cacao llega a Italia con los conquistadores españoles del siglo XVI, después del descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Estos aventureros, al conquistar las antiguas civilizaciones maya y azteca, absorben y difunden en el viejo continente el conocimiento sobre el cultivo y la elaboración de la semilla de cacao.
Entre 1600 y 1700, Italia se convirtió en un importante centro de producción de chocolate de alta calidad. En particular, ciudades como Venecia, Florencia, Turín y Perugia se hicieron famosas por su producción de chocolate.
Es en Florencia y la corte de los Medici donde se convierte en uno de los centros más importantes para la distribución del chocolate. Una de las más grandes embajadoras del chocolate fue precisamente Caterina de' Medici; reina consorte de Francia de 1547 a 1559, tuvo un papel importante en la difusión de la bebida en Francia y en Europa, gracias a su gran pasión por este néctar. Caterina, originaria de Toscana, llevó consigo su conocimiento y amor por el chocolate cuando se trasladó a Francia para casarse con el futuro rey Enrique II, introduciendo la bebida de cacao perfumada con jazmín en la corte francesa. Además, gran apasionada de la cocina, utilizó las semillas de cacao en muchas de sus recetas y alentó a sus chefs a experimentar con el chocolate. También organizó fiestas y banquetes con platos a base de cacao, contribuyendo a difundir el conocimiento y la popularidad de esta semilla.
Como se mencionó en el párrafo anterior, en Italia hay algunas regiones particularmente renombradas por la producción de chocolate de alta calidad. Históricamente, esto se debe a que estos distritos formaban parte de las rutas comerciales de los conquistadores españoles. Entre estas regiones se pueden mencionar: Piamonte y la ciudad de Alba, famosa por la producción de chocolate negro de alta calidad y el gianduiotto, como el producido por Guido Gobino, uno de los chocolateros más premiados por Compagnia del Cioccolato; la Lombardía, quizás poco conocida desde el punto de vista del cacao pero que ha dado origen a excelentes laboratorios artesanales, como el de Marco Colzani; la Toscana y la ciudad de Florencia, famosa especialmente por sus pralinas y bombones, de este distrito forman parte Slitti, Manufatto Cacao y Amedei, solo por citar algunos. La Emilia-Romaña, con Gardini y Banchini, la Apulia, renombrada por las frutas cubiertas y los muchos maestros chocolateros que han hecho grande al cacao en Italia, como Maglio Arte Dolciaria y Santomiele. Y por último, la patria por excelencia del chocolate de Modica: Sicilia, con importantes nombres como el de Sabadì.
Estas son solo algunas de las zonas italianas famosas por la producción de chocolate de alta calidad, ¿cuál es tu favorita?
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