El eneldo, cuyo nombre científico es Anethum graveolens L., es una planta herbácea de pequeñas flores amarillas que pertenece a la familia de las umbelíferas.
Es originaria de Oriente Medio y sus hojas son muy parecidas a las del hinojo y el anís, pero se caracterizan por un sabor mucho más picante y decisivo.
Utilizada tradicionalmente en la cocina india, hoy en día también está muy extendida como planta silvestre en la mayor parte de Europa, especialmente en zonas con un clima bastante frío, desde el norte de Italia hasta Suecia.
Su nombre deriva del griego «eneldo» (anís), que a su vez deriva del antiguo Egipto.
Este término puede traducirse como «deshacerse de la enfermedad» en referencia a sus propiedades explotadas en la antigüedad en la medicina popular.
El epíteto específico graveolens deriva del latín «gravis» (fuerte) y «olens» (aroma), en referencia a sus notas aromáticas muy características.
La planta del eneldo puede alcanzar un metro de altura y florece en junio/julio, produciendo pequeñas flores amarillas reunidas en inflorescencias tipo paraguas y compuestas por 5 pétalos. Las hojas son filiformes, con un característico color azul verdoso
.El eneldo también se puede utilizar para condimentar ensaladas, huevos, mariscos y patatas.
En Grecia, se utilizan normalmente para hacer que el queso feta sea más apetecible o para preparar salsas aromáticas a base de yogur.
El eneldo se utilizaba en la antigüedad como remedio natural para curar diversas dolencias: los griegos creían que esta planta era capaz de sofocar los ataques epilépticos y promover la producción de leche en los fardos.
Los romanos, por otro lado, creían que tenía la propiedad de aumentar la fuerza física, tanto es así que se utilizaba para condimentar principalmente la comida de los gladiadores.
Incluso los egipcios apreciaban sus virtudes, pero como agente calmante.
En la Edad Media, se descubrieron sus efectos beneficiosos en el estómago y el intestino y, por lo tanto, se usó como remedio para varios trastornos digestivos, en infusión, quizás en combinación con otras plantas.
Además, las semillas de eneldo, si se mastican, refrescan el aliento.
Un dato interesante sobre esto es que en el pasado en los Estados Unidos se masticaba a los niños en la iglesia para que se sintieran bien durante los largos sermones, junto con semillas de hinojo, tanto es así que se les llamaba «semillas de encuentro» (semillas de reuniones).
¡Por lo tanto, se puede decir que el eneldo fue el antepasado del chicle!Le recomendamos que disfrute
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