Cantina Tramin: un viaje entre los vinos de Alto Adige

El encanto de la viticultura altoatesina: una breve historia

La viticultura en Alto Adige tiene raíces que se hunden en la época de los romanos, cuando la construcción de la Vía Claudia Augusta abrió las puertas a comerciantes portadores de las primeras plantas de vid.

No obstante, fue con el Imperio Austriaco que la región vio un notable impulso, introduciendo variedades de uva como el riesling y el pinot.

Desde los años 80, los productores locales han guiado la producción hacia la modernización y calidad, posicionando los vinos altoatesinos más allá de las fronteras regionales.

Pedoclima altoatesino: El corazón de las excelencias enológicas

Las características pedoclimáticas de Alto Adige son el secreto detrás de la fama de sus vinos.

Los suelos calcáreos y porfiricos aportan acidez y taninos equilibrados, mientras que las oscilaciones térmicas y el clima continental-alpino crean un abanico de aromas único.

Aquí nacen vinos de extraordinaria elegancia, comparables a las joyas enológicas de Alsacia.

Vinos altoatesinos: un viaje en sabores

Entre las variedades de uva más cultivadas destacan la schiava, el pinot noir y el lagrein para los vinos tintos, mientras que para los blancos dominan el pinot bianco, chardonnay, pinot gris, gewürztraminer, Müller-Thurgau y kerner.

Las DOC de Alto Adige, como Caldaro y Valdadige, abarcan una producción controlada que cubre el 90% del total.

Raíces profundas y vinificación evolutiva

Las raíces de la viticultura altoatesina se remontan a tiempos antiguos, testimoniados por hallazgos de semillas de uva del 500 a.C.

El encuentro entre técnicas romanas y tradiciones reticas marcó el inicio de una importante fase de producción vinícola.

Durante la Edad Media, los vinos blancos dominaban, pero el siglo XVI vio la introducción de los tintos.

El archiduque Juan de Austria jugó un papel clave al introducir variedades como el Riesling.

En 1893 nacieron las primeras bodegas sociales, y en 1931 el decreto regio sobre vinos típicos estableció las primeras protecciones de calidad.

El renacimiento de la viticultura altoatesina: desde 1980 hasta hoy

Desde 1980, la viticultura altoatesina ha experimentado un boom sin precedentes.

La calidad, la selección de variedades, la reducción de rendimientos y la adopción de tecnologías modernas han llevado a un salto de calidad extraordinario.

Actualmente, el 98,8% de la superficie vitícola está protegido por el reglamento de la DOC, una cifra que supera con creces a cualquier otra región italiana.

Bodega Tramin: un sueño hecho realidad

La Bodega Tramin, fundada en 1898 por Christian Schrott, párroco de Termeno, es un ejemplo de cooperación que abarca a 300 pequeños productores en 260 hectáreas.

Dirigida por Willi Stürz desde 1995, nombrado mejor enólogo de Italia en 2004, la bodega se basa en la colaboración y el respeto por la tierra.

Con una producción media de 1,9 millones de botellas al año, la Bodega Tramin es una presencia distintiva tanto en el mercado nacional como en el internacional.

Los vinos de Bodega Tramin: expresión del territorio

La Bodega Tramin, a través de una cultura de la cooperación y una producción enfocada, expresa en sus vinos el carácter único de la naturaleza altoatesina.

Gracias a las fuertes oscilaciones térmicas y a la mineralidad del suelo, los vinos son elegantes y estructurados.

Desde la Schiava hasta el Pinot Grigio, la Bodega Tramin ofrece una variedad de etiquetas que satisfacen todos los paladares, representando la excelencia de un territorio rico en tradición y calidad.

En conclusión, la Bodega Tramin representa no solo una excelente realidad vinícola, sino un guardían de las tradiciones y la cultura enológica altoatesina, llevando adelante su compromiso con pasión y dedicación.

Un viaje entre viñedos, historia y sabores que refleja la autenticidad de un territorio único en el mundo.

Angela Cordioli

S&M