La historia de la Abbazia di Novacella se remonta a nueve siglos.
Fundada en 1142 por el Beato Obispo Artmanno de Bressanone, la Abadía nació de una generosa donación de masías y terrenos por parte de los ministeriales de Sabiona. Desde ese momento, su historia ha estado marcada por momentos cruciales, privilegios papales, la protección del Emperador Federico I Barbarroja y mucho más.
La Abadía ha resistido varios desafíos, desde el devastador incendio de 1190 hasta la Revuelta de los Campesinos en 1525. Sin embargo, continuó creciendo, incorporando nuevas parroquias y ampliando su esfera de influencia en los siglos posteriores. En el siglo XIX, a pesar de la supresión temporal por parte del Reino de Baviera en 1807, Novacella reabrió sus puertas en 1816, comprometiéndose aún más con la formación y la educación.
En 1630, la Abadía dio un paso crucial hacia la producción de vinos de calidad, adquiriendo viñedos al suroeste de Bolzano, en el Alto Trentino-Alto Adige.
Los vinos de la Abadía de Novacella son el resultado de un unión perfecta entre clima, suelo y tipo de uva.
En los valles de Bressanone, donde las bajas temperaturas y los suelos ligeros crean un ambiente ideal para variedades como Kerner, Sylvaner, Riesling y Grüner Veltliner, surgen vinos blancos frescos y afrutados que capturan el alma de esta región única. Más al sur, en Bolzano, el clima más cálido y los suelos porfídicos proporcionan el ambiente ideal para el Lagrein y la Schiava.
En Cornaiano, rodeados de terrenos magros, pedregosos y arcillosos, vemos crecer el Pinot Noir, testigo de un terroir único e inconfundible.
Los vinos de la Abadía están arraigados en sus orígenes, pero listos para abrazar la innovación.
Los valores que guiaron a la Abadía de Novacella resisten el paso del tiempo, concentrándose en la búsqueda continua de la excelencia en el cuidado de la viña y en la producción de vinos extraordinarios. El profundo respeto por el terroir es evidente en cada matiz del suelo que contribuye a la riqueza de las creaciones vinícolas.
Este respeto es paralelo al compromiso absoluto con la naturaleza, revelando cómo solo una gestión sostenible puede garantizar la salvaguarda de un ambiente intacto para las generaciones futuras.
La Abadía de Novacella no solo produce vinos de calidad, sino que custodia una tradición preciosa que se manifiesta en cada detalle de sus actividades.
Mucho más que un lugar de producción vinícola; es un guardián de la historia, la cultura y el arte culinario de Bolzano.
Cada sorbo de sus vinos es un viaje a través de los siglos, una degustación de sabores que han resistido el paso del tiempo.
Desde una abundante variedad de variedades de uva hasta las técnicas de vinificación transmitidas de generación en generación, los vinos de la Abadía cuentan una historia de compromiso, pasión y dedicación.
Cada botella es una obra de arte, un tributo a la rica tradición enológica del Alto Adige.
La Abadía de Novacella ha cruzado siglos de historia, llevando consigo un legado que continúa brillando en el panorama enogastronómico de Bolzano.
A través de su viaje, desde la antigüedad hasta nuestros días, la Abadía de Novacella ha moldeado el destino de la viticultura altoatesina, contribuyendo a convertir esta región en un ícono en el universo del vino italiano.
Con cada sorbo, nos sumergimos no solo en los sabores distintivos, sino también en el alma de un lugar impregnado de historia, cultura y pasión enogastronómica.
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