Los mejores quesos italianos sin lactosa

¿Por qué somos intolerantes a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa es una condición en la que el organismo es incapaz de digerir completamente el azúcar presente en la leche y sus derivados, y es causada por una presencia insuficiente de la enzima lactasa. A menudo se asocia con síntomas molestos, como dolor abdominal, hinchazón, diarrea y estreñimiento, que pueden evitarse limitando la ingesta de lactosa con la alimentación.

La lactosa es el azúcar contenido en la leche y sus derivados, es un disacárido, es decir, un azúcar compuesto por dos azúcares más simples: galactosa y glucosa. A nivel del intestino delgado, para ser correctamente digerida por el organismo, la lactosa se divide en sus dos componentes principales por la enzima lactasa. Si la enzima lactasa es deficiente o insuficiente, la lactosa no puede separarse y, por lo tanto, el organismo no puede digerirla. Existen, por lo tanto, diferentes niveles de intolerancia a la lactosa, que dependen de la gravedad de la insuficiencia de la enzima lactasa.

Las formas reconocidas en las que se diferencia la intolerancia a la lactosa son tres: intolerancia a la lactosa genética primaria, que puede ser una consecuencia normal del crecimiento; una intolerancia a la lactosa transitoria, debida a la disminución de lactasa durante un período de enfermedad, y intolerancia a la lactosa congénita, que es una condición más rara, debido a una mutación que impide completamente digerir la leche y causa la ausencia total de lactasa, ya desde antes del destete.

3 Características de los Quesos Sin Lactosa y no solo

Los quesos sin lactosa son una excelente solución para las personas que sufren de esta intolerancia. Nuestros productos, aunque son libres de lactosa, mantienen inalterados los sabores y los gustos de los quesos clásicos y pueden ser degustados por todos, ya que no presentan entre los ingredientes ningún tipo de alérgeno. En realidad, hay diferentes quesos que pueden ser consumidos también por quienes son intolerantes a la lactosa, y estamos hablando de quesos curados.

Los quesos de pasta dura curados durante al menos 30 meses de hecho no contienen lactosa, ya que esta se transforma en ácido láctico durante la fase de curación. Es precisamente por esto que podrás encontrar en nuestra selección quesos como el Parmigiano Reggiano DOP curado durante 50 meses. La única mínima traza de azúcares de la leche es la galactosa, en una cantidad inferior a 0,01 g por 100 g de producto. Es decir, una cantidad tan baja que se vuelve fácilmente despreciable. El Parmigiano Reggiano requiere el uso de solo 3 ingredientes: leche, sal, cuajo y lisozima, y durante la fase de curación, la leche presente en el Parmigiano Reggiano pierde completamente su lactosa ya en las 6-8 horas posteriores a la fabricación de la leche, desarrollándose colonias muy numerosas de lactobacilos dentro de la leche que transforman la lactosa en ácido láctico.

Bajo contenido de lactosa
También hay leches con bajo contenido de lactosa, como por ejemplo la de cabra, que contiene 4,2 g de lactosa por 100 ml. En consecuencia, también no es adecuada para el consumo por parte de quienes son intolerantes a la lactosa, pero, como se explicó anteriormente, aquellos que han tenido el nivel de lactasa bajo por causas transitorias podrán comenzar a integrar en su dieta a partir de los quesos de cabra.

¿Qué nos proponemos hacer?

Spaghetti & Mandolino es muy sensible a los gustos de todos, tanto para aquellos que toman sus decisiones sin restricciones dietéticas, como para aquellos que, en cambio, las toman conscientemente, sabiendo que algunos alimentos podrían comprometer su salud y, por lo tanto, se ven obligados a privarse de comer quesos. Para ofrecer también a las personas intolerantes a la lactosa la oportunidad de no renunciar a este placer, hemos seleccionado productos que amplían la gama de alimentos que pueden incluir en su dieta sin lactosa.