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En el mundo del queso, la figura de Beppino Occelli representa una vanguardia absoluta. Sus quesos han creado un verdadero mito: de hecho, muchos se preguntan si realmente existe o si solo es una marca de mantequilla o
queso.
BEPPINO OCCELLI: STORY D&
' AMOR POR LOS QUESOS
Todo empezó a mediados de los 70, más precisamente en 1976. Beppino era un empleado y buscaba algo nuevo que le diera una mayor satisfacción en su trabajo rutinario. No era solo un factor económico, sino una pasión que llevaba consigo desde que era niño. Es la pasión por la leche y todos sus derivados. Giuseppe soñaba con dar sentido a esa pasión y, por fin, lo logró.
El principio no fue fácil. No tenía establos, animales ni materiales para hacer queso. Al principio todo estaba en su mente y en las pocas herramientas que tenía en casa. ¿Era realmente posible convertirse en quesero en las Langhe? En una tierra con tan pocos quesos reconocibles, prácticamente solo el tuma delle Langhe. Beppino siempre pensó que quería producir quesos que fueran, sí, una expresión de su tierra, pero también productos gourmet que pudieran contener otros elementos naturales de las Langhe. Por eso, encomendó la tarea de producir queso a una serie de mujeres de su país. Lo hizo para entender cómo podían entender el queso que había sobre la mesa. Siguieron muchos experimentos que definieron la base en la que se basa el éxito de la marca en la actualidad
.
QUESOS DE BEPPINO OCCELLI
De las recetas de esas mujeres, nacieron quesos como Testun, Casutin, Tuma d'la Paja, Tuma del Trifulau, etc. Sus bodegas del pueblo de Valcasotto, completamente renovadas por Beppino, contienen cientos de formas que respiran los vientos que vienen de los Alpes Marítimos, un clima favorable que durante cientos de años ha ofrecido a estas tierras montañosas la peculiaridad de envejecer los quesos.
Beppino utiliza varios tipos de madera para condimentar, maderas que permiten la producción de diferentes tipos de moldes, blanca, rosa, verde, oscura. Todo con aromas y fragancias naturales típicos que participan en la diferenciación de los productos finales. A veces se puede encontrar a Beppino Occelli en los banquillos de los eventos de fútbol más importantes de Italia. Uno por encima de todo, el queso de Bra.
Es una persona extraordinaria que, si la deja hablar de queso, encanta. Ha dado valor al queso y, sobre todo, ha podido reinterpretar los ingredientes del territorio fusionándolos con la leche. Las suyas son obras de arte blancas y quizás también por esta razón lo definen como el caballero blanco de las Langhe. Después del queso, la gran frontera de Beppino era la mantequilla que marcaba con el edelweiss. Un toque de clase y sencillez que define su vida, su carácter campesino y su mente brillante como empresario enamorado de la tierra de las Langhe.