Salumificio Sosio Valtellina

Elaborar la Bresaola es un arte en Valtellina, y la familia Sosio la ha cultivado desde principios de los años 50, primero en su carnicería de Semogo – ¡a casi 1500 metros sobre el nivel del mar! – y luego en la de Chiuro (SO), donde se encuentra una planta moderna y de vanguardia que se extiende sobre 3.500 m² de superficie. 

A mediados del siglo XX, esta realidad ya era un importante punto de referencia para los habitantes de la zona: Walter Sosio heredó la tradición de su padre y su abuelo y la convirtió en un ejercicio de pasión.

Hoy en día, los tres hijos de Walter Sosio continúan con la memoria y la actividad de la empresa.
 

Salumificio Sosio Valtellina: solo carnes Valtellinesi

La familia Sosio ama su territorio y lo preserva utilizando carnes de una sola procedencia, la valtellinese, obtenidas de animales alimentados con los extraordinarios forrajes de los altos pastos cercanos. 

Todo comenzó en una fracción del municipio de Valdidentro, en la provincia de Sondrio, parte de la Comunità Montana dell'Alta Valtellina: con el tiempo y la dedicación, sin embargo, el proyecto se ha ampliado y estructurado, dando vida a la realidad actual.

La marca de la familia Sosio se ha convertido en la Bresaola de Baita, un maravilloso y sonrosado trozo de cadera con un sabor inconfundible. La “baita” no es otra cosa que la cabaña, la casa del pastor; este nombre dado por la abuela que colgaba los embutidos en su bodega ha perdurado hasta hoy, para resaltar la artesanalidad del producto, que se mantiene a pesar de las necesarias evoluciones técnicas ocurridas desde aquella época hasta el presente.

Una salumería diferente a las demás

Con más de setenta años de historia a sus espaldas, el Salumificio Sosio puede jactarse de un trasfondo de experiencias envidiables, que ha permitido a la empresa dedicarse a una producción triple – IGT, biológica y halal – que satisface cada necesidad del consumidor.

Además de concentrarse en las bresaole, la salumería se dedica a la producción de jamón y speck, extendiendo también a estos embutidos las competencias y el savoir faire acumulados a lo largo del tiempo: el jamón “de Baita”, obtenido de la pierna del cerdo, tiene un sabor y un aroma delicados, mientras que el speck ahumado tiene un gusto pleno, equilibrado por el proceso de curación. 

Cualquiera que sea el producto que deseen probar, ¡no se sentirán decepcionados!