Los mejores vinos rosados

Un vino rosado es, sin duda, especial, si se coloca junto a un vino tinto o un vino blanco. Pero, ¿cómo se hace exactamente el vino rosado? ¿Y por qué tiene ese color, que es el punto medio entre los dos tipos de vino?

El proceso de producción de los vinos rosados está, de hecho, a medio camino entre el blanco y el tinto. En primer lugar, se empieza con una elección: utilizar uvas tintas con poco color o rosa; utilizar una mezcla que contenga pocas uvas tintas y muchas blancas; utilizar uvas tintas de cualquier variedad, extrayendo poco color, macerando una parte de la uva. Los dos primeros casos no requieren mucha explicación, mientras que en el tercero el color al que se llegó se debe a un procedimiento en particular

Las uvas tintas que se trituran, dejando que los hollejos maceren en el mosto lo suficiente para que el vino tome el color deseado. Por lo tanto, el producto final puede tener un tono más o menos intenso, que va del rosa al cerasuolo y al burdeos

Una vez obtenido el color correcto, se separa el vino de los hollejos (trasiego) y la fermentación continúa en recipientes de acero. Posteriormente, el vino se decanta y se aclara. Tras un período de envejecimiento (es decir, en reposo para que madure), el rosado se filtra y se embotella. Los vinos rosados se beben normalmente jóvenes, cuando los aromas aún son intensos